Entre los Km 567 – 568 de la ruta nacional 34 al norte de Colonia Dora y al son de la música chamamecera los vecinos del departamento Avellaneda, veneraron al Gauchito Gil, como lo vienen haciendo desde años cada 8 de enero, en que se le rinde culto al "Santo del Pueblo".
"No sólo viene la gente de la zona, sino de localidades vecinas y de otras provincias", aseguró a coloniadoramedios.com Rosa Sosa, organizadora del evento.
El santuario ubicado en El Descanso, comúnmente conocido; la multitud comía, bebía y bailaba, y desde la vía de comunicación se podía ver una larga fila de gente esperando para venerar al Gauchito Gil "con fuertes pedidos, con muchas súplicas por trabajo, por la familia, por salud y por la pareja".
"La promesa es venir a bailar un 8 de enero", añadió la mujer, oriunda de nuestra ciudad y propietaria del kiosco San Antonio en el barrio Techo y Trabajo, enfatizando que "esto está más ligado al litoral", mientras sonaban en el predio los acordes del chamamé.
Los devotos del correntino fueron llegando desde las 10 de la mañana, cuando comenzó el festejo con la bienvenida de la organizadora con gran cantidad de pirotecnia. Baile, pedidos y agradecimientos al Gauchito frente al santuario, culminaron al anochecer, luego de la tradicional peregrinación con el acompañamiento de varios jinetes.
"Esta fiesta va creciendo cada 8 de enero porque el Gauchito Gil es un santo que el mismo pueblo lo va ensalzando" La fiesta termina "con el pedido de bienestar para todos los que estamos acá acompañando a los que están en Corrientes", donde se realiza la peregrinación de miles de fieles al santuario originario de la localidad de Mercedes.
Algunos de los testimonios registrados fueron: "Vengo desde hace dos años, estoy con mi familia y mis hijos, pido por trabajo y salud”. Vengo a agradecer porque siento que me ayuda", contó Andres , mientras hacía la fila para entrar al santuario.
Por su parte, María, llegó para pedir por salud y "agradecer porque mi marido consiguió después de tanto tiempo de espera un trabajo seguro.
Teresa , vestida con pantalón y remera roja "porque es el color que identifica al Gauchito", llegó "agradecer y pedir por su salud y de su familia".
Carmen, que es de la zona y tiene 18 años, estaba en la fila por primera vez; vengo para dar gracias", dijo por lo bajo.
Esta gran fiesta de los seguidores del Gauchito Gil, donde la música del acordeón vibra en sus cuerpos y alegra sus corazones, tiene el rojo como símbolo de la lucha de aquel joven correntino, y la esperanza como estandarte.
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